Entrevista a Néstor Garcia

Conversar con Néstor García es como hacerlo con un amigo de siempre. Es sencillo, expresivo y simpático. Conocerlo es una experiencia enriquecedora. En Suipacha le debemos la aplicación de técnicas relacionadas con la reproducción, grabación y transmisión de sonidos a partir de la mitad del siglo XX. Su presencia en todos los ámbitos, usando un lenguaje simple, ha marcado comportamientos colectivos, por ejemplo, recordando a las madres fechas de las inscripciones en los colegios, divulgando los calendarios de vacunaciones, anunciando vencimientos de servicios públicos, etc. para que las familias tomaran sus previsiones.

Hoy, nos habla desde el corazón para nosotros:

1-¿Cuénteme acerca de Vd.?

Buenos días José, muchas gracias por tu invitación, bueno mira, nací el 4 de noviembre de 1923 en Lincoln, sita al noroeste de la  provincia de Buenos Aires, conocida como la capital del carnaval artesanal. Curse  estudios primarios en la localidad de Ameghino, por lo que mucha gente supone que soy originario de ese pueblo. Tuve inclinación hacia la música desde muy pequeño y gustos por la guitarra.

En el año 1942, el Ferrocarril del Oeste hoy Domingo F. Sarmiento, trasladó a mi papá a la estación Suipacha como capataz del depósito de locomotoras a vapor. En 1943, con veinte años cumplidos ingresé como empleado ferroviario. Cuando mi padre vuelve a Lincoln, me quedé viviendo en Suipacha, en un local ferroviario con otros compañeros de Mercedes y Luján que trabajaban en la empresa. En ese tiempo, empiezo a desarrollar mis habilidades logrando aprender a tocar la trompeta, bajo y armónica, sin recibir  clases de música.

2- ¿Podría describir las tareas que realizaba? ¿Cómo era el ambiente laboral? Como ya te dije,  ingrese en año 1943 a trabajar en el ferrocarril, en la actual línea Sarmiento, en aquella época era un puesto muy codiciado, había estabilidad y buenos sueldos.

Mi especialidad,  con el tiempo fue señalero, me destinaron  a la cabina ubicada más allá de la feria de Moras y Caroni. Yo me encargaba de hacer  ingresar un tren a la playa de maniobras, a la vía principal o a un cargador de animales. También mi obligación era dar vía libre o avisar de algo anormal, con luces conforme a una reglamentación conocida por los conductores de las locomotoras.

Tuve excelentes compañeros, nunca tuve problemas con nadie, había mucho compañerismo, aún están presentes en mis recuerdos. Eso sí, siempre había  una oveja en el grupo.  En local en donde vivíamos,  nos quedábamos hasta bien entrado la noche tocando la guitarra, siempre surgía un cantor para la ocasión. Sentía que de alguna manera estaba atado a la música.

3-¿Cuándo conoció a su esposa?

Yo, trabajaba de señalero en la cabina cerca de lo de feria de Moras, ubicada después del ante último paso a nivel urbano hacia Chivilcoy. Mi compañero Osvaldo Franza, se había casado con la hermana de la  que sería luego mi actual esposa. Conocía a Elvira cuando iba a visitar a su hermana, un día me la presentaron y empezamos a conversar; poco a poco fue naciendo un romance que hasta hoy perdura. Me case con Elvira Lemos en 1953. En 1955 nació mi hijo Hugo y después Liliana. Tengo nueve nietos y dos bisnietos. Al día de hoy  llevó sesenta y un años de casado.

4- ¿Cuándo llegó a construir su casa propia?

Desde que me case estuve viviendo en viviendas alquiladas, eso fue por más de veinte años.  En la década del setenta había salido una línea de créditos del Banco Hipotecario Nacional, exclusiva para construir tu casa con tasas  bajas, pagadero a treinta años y que te  afectaban sólo un porcentaje del sueldo. Esa fue mi oportunidad.

Entonces, solicité un préstamo, para esa época trabajaba mucho con el sonido, cobraba $ 30 por mis servicios, era mucha plata, me rendía bien, y como me habían enseñado mis padres había ahorrado unos cuantos pesos y me largue a construir. El terreno se lo compre al inglés José Martí, la casa la construyó el jujeño Santiago Torres, ¡qué buen hombre era ese!, hablaba poco y trabajaba mucho.

Tiempo después tuve mucha suerte, la persistente inflación había licuado mi deuda hipotecaria y cuando entran los militares, antes del ochenta, propusieron a los deudores saldar las hipotecas. No dude un minuto, con lo que tenía guardado me presente y pedí pagar la deuda, al poco tiempo termino el trámite y me hice de mi anhelado título de propiedad.

5- Perteneció a  algún club, integró comisiones directivas ¿Cuáles?

Integre la primera comisión del Club Sarmiento, éste tenía una cancha de bochas frente a la estación del otro lado de las vías, paralelo a la calle Sarmiento, la que atendía Perita Rocamán, un vagón viejo hacía de vestuario y cantina, bueno, un día el ferrocarril nos reclamó el lugar y tuvimos que desocuparlo.

Entonces nos pasamos a donde está hoy el club, compramos allí el terreno que daba a la esquina  Fragata Sarmiento y Domingo Sarmiento de propiedad de Llorente y Muñoz. Nos trasladamos a ese sitio, construimos una sede precaria, la primera comisión la presidió Risetto que era capataz de vías del ferrocarril, yo fui prácticamente fundador del club con otros compañeros ferroviarios.

También forme parte de la comisión, durante muchos años  de la Asociación Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Suipacha durante la presidencia de León Cirigliano, que fue uno de  sus fundadores.

Si bien no integraba la comisión de las fiestas patronales que organizaba el  Padre Luis Brady, me sentía como uno más, ponía mi trabajo  gratis y línea de bocinas a disposición de las procesiones y audio para las misas de campaña.

6-¿Qué  le hubiera gustado ser en su vida?

Desde chico tuve una inquietud, me volvía loco leyendo revistas de audio y sonidos; me gustaba mucho la radiotelefonía, quería siempre conocer más. Antes de radicarme en Suipacha, arme de forma casera  un amplificador chico. En mis ratos libres,  aprendí a reparar equipos sonoros, a calibrar los micrófonos y reparar equipos de radio.

Siendo muy jovencito había construido una radio a galena, que funcionaba sin pila y sin corriente eléctrica. Fue un receptor que empleaba un cristal semiconductor de sulfuro de plomo, también llamado galena para captar las señales de radio. El diodo detector estaba constituido por una pequeña piedra de galena sobre la que hacía contacto un hilo fino metálico. También llegué a armar una radio a lámpara que requerían de antena. En ese tiempo había una casa en Buenos Aires que se llamaba UCOA que vendía amplificadores completos, les solicite por correspondencia elementos sueltos como válvulas, chasis, lámparas para fabricar mis equipos.

El oficio de los radioaficionados me atraía, me despertaban simpatía, cuando me ponía en la banda oía de lo que hablaban, me ubicaba en la misma frecuencia y alguna veces intervenía en las conversaciones. Se había hecho un hábito en mí,  sintonizar las señales audibles en el espacio radioeléctrico en que operaban esos equipos. En diciembre de 1967 me otorgaron la licencia de radio aficionado a través  de la Resolución 412 DGT, Expediente 8013/67, en la categoría novicio, expedida por el Director del Departamento de Dirección General de Telecomunicaciones.

Paralelamente me inspiraba la música, tenía mucho oído y disposición de ánimo para aprender, esto me facilitaba el estudio de variados instrumentos, llegue a tocar cinco.  Tenía escasos conocimientos sobre teoría y práctica musical.

Hace pocos años mi yerno me trajo una cordiona, más conocida como acordeón  verdulera, esas que usaban los gringos, tienen  veintiún teclas de un lado y ocho del otro, lo jodido era que tenes que arreglarte  sólo con dos notas. Después de estudiarla un poco, logre sacar el feliz cumpleaños para un nieto, ante la sorpresa de los presentes.

7- ¿Cuándo se inicia con la publicidad?

Con mi amplificador casero comencé a dar sonido en fiestas familiares y cumpleaños. En esas reuniones yo pasaba música. En 1952 cuando estaba de intendente Don Oscar José Delfino,  solicite al Honorable Concejo Deliberante de Suipacha autorización exclusiva para poner en la vía pública una propaladora sonora en la planta urbana. El proyecto fue aprobado por unanimidad en el Concejo y con la resolución en manos coloque en lugares estratégicos bocinas sobre las calles Rivadavia, diagonal Hipólito Irigoyen y Belgrano. Una bocina estaba colocada en la esquina del edificio de Avendaño, Herrán y Cía.  -hoy  Coincer  S. A.- , el otro en la esquina del banco provincia, el siguiente en la esquina del almacén de ramos generales de Muñoz, Cuerda y Cía. y, sobre Belgrano en el edificio que ocupaba el restaurante y bar de Carlos Luis Colombo y el  otro en la esquina Belgrano y diagonal Irigoyen en el ex hotel de González. Con nuestro elenco estable de la radio-difusora animábamos fiestas criollas, bailes, carreras cuadreras, picnic o días de campo, muy en boga en la década del cincuenta.

Como era empleado ferroviario y no quería que  esta actividad interfiriera con mi trabajo, me asocie con Juan Carlos Ayes, que tenía un taller de compostura de zapatos enfrente de nuestra radio. El se ocupaba de la administración, locución y organizaba eventos musicales. Como la actividad no era rentable para dos, Ayes consiguió un buen empleo en Chivilcoy, en una fábrica de máquinas agrícolas, al tiempo se casó y se radicó en esa ciudad, lo que me obligó a contratar locutoras  aficionadas para reemplazarlo y que tuvieron la oportunidad de hacer las primeras armas en la locución como Othelma Torres y Cuqué Clérice.

Las transmisiones de Publicidad Sarmiento,  con sede en calle Belgrano 148, se realizaron  en ese lugar hasta más allá de los setenta. Se realizaban todos los días, en dos secciones, desde octubre a marzo por las mañanas desde 10 a 12 y por las tardes de 18 a 21 horas  y desde abril a septiembre desde 10 a 12 y 17,30 a 20 horas.  No se podían propalar música, avisos comerciales, teatro oral o cualquier noticia en un plazo continuado no mayor de cinco horas por día.

Se propalaba por sus altavoces música en discos de pasto de 78 RPM en pasadiscos con púa, de dos bandejas para no perder tiempo en el cambio de un disco a otro.  Se daban a conocer avisos comerciales, fallecimientos, horarios de misa y las funciones en el cine, fechas de cumpleaños, propaganda política en épocas de campaña electoral, etc., mientras la gente caminaba por estas calles escucha algún tema preferido o esperaba ansiosa una noticia de interés general. Periódicamente asistían a nuestro estudio cantores aficionados y guitarristas.

Recuerdo  en la década del cincuenta la calle Rivadavia se declaró peatonal en verano, se convertía en un centro de reunión al colocar las confiterías mesa sobre las veredas, a donde llegaban las familias a tomar un refresco   y oír de paso las últimas noticias o los acordes de un tango.

Surgen de mis recuerdos algunos locutores  de la primer época: Ricardo Cusa de innegables dotes, Jorge Audino con su inconfundible voz,  también hicieron su primeras pasos Raúl Rebagliatti, Guillermo Diehl, Omar Cirigliano con la dirección y colaboración del operador Raúl Cremonesi.

8-¿En qué año quedaron prohibidas las propaladoras en la vía pública?

No me acuerdo bien, creo que entre 1966 o 1967, después del golpe de estado del general Juan Carlos Onganía, con el pretexto que producían molestias  que afectaban la tranquilidad, el reposo y la comodidad de la población, en especial las de origen sonoro.

En ese entonces, en Suipacha estaba de intendente Manuel Miguel Mujica, con el cual había entablado una buena amistad, le explique que yo me ganaba la vida con esto, tanto insistí que este hombre me dejo transmitir un poco, hoy pienso ¿qué locura tenía esa gente?

Pensando y pensando, se me ocurrió colocar un receptor de radio en los comercios que sus dueños autorizarán; primero coloque cinco o seis aparatos entre algunas peluquerías, confiterías y comercios de amigos. De a poco iban llegando nuevos pedido de colocación. Llegue a colocar más de 150 aparatos receptores de radio.

Aproveche la oportunidad y solicite mi licencia al CONFER quien por Resolución 885/79  me autorizó a funcionar como Radio Suipacha, L.D.24 con aparatos receptores de radio colocados en domicilios. Fui uno de los primeros en obtener la matrícula, en la provincia había muy poquitas radios a domicilio funcionando.  Estaba contento, viendo la demanda me atreví llevarla a Suipacha Chico, claro que esto me insumía mucho tiempo y descuidaba mis otras actividades.

El audio me era más redituable; a mí subir a la escalera para colocar los aparatos y tender cables me producía muchos dolores en la cadera. Lo hable con mi esposa, nos pusimos de acuerdo y  vendí a Carlos María Bidondo, que era una de mis locutores y me quede con el audio solo.

Había que pensar en una salida ante las prohibiciones, yo me preguntaba cuál era el medio o la opción más económico,  para el público que estaba en movimiento en la calles, tenías que ser una cosa barata y fácil de implementar, hasta que hablando con otros en el tema se me ocurrió con un vehículo recorrer las calles, con el audio y un amplificado de 12 volts que no eran caros, los resultados para mis clientes eran rápidos, la gente estaría informada al instante, el principal problema era que tenía que conseguir un vehículo y, que el costo estuviera a mi alcance.

9-¿Tiene afición a la pesca?

Entre mis entretenimientos, el favorito era la pesca, sabía ir a pescar con el mecánico Ángel Angera, que tenía su taller de reparación de automóviles en donde está la funeraria hoy, además con Cacho Quintana y Manuel Torre, íbamos a distintos lugares de la provincia, fuimos también al Río Paraná.

Cuando se inauguró el Parque Los Leones yo era el protesorero de la comisión de pesca de Suipacha, que era presidida por Hércules Stangalino.

10- ¿Cómo surge la idea de la propaganda rodante?

Como vos sabes la publicidad fija alcanza espacios reducidos, pocas cuadras de donde están instalados los altavoces. En cambio, la publicidad móvil llega a todos los barrios del pueblo, para escucharlas no es necesario moverte de tu casa. Cuando me inicié allá por 1970, gestioné la correspondiente autorización municipal. Al principio armé de una vitrola vieja un tocadiscos, no existían como ahora grabadoras ni casetes, con el pasaba la música. El inconveniente era que había que leer la publicidad mientras transitaba con mi auto, mientras andaba sobre el pavimento no había problemas, la situación se ponía fea en la calles de tierras cuando agarraba algún bache, y empeoraba aún, porque todavía no se habían establecido las manos de circulación, y el tránsito era alterado de vez en cuando, si  se espantaban los caballos de un carro cadenero, causando miedo en los conductores ante un eventual choque.

Mi primer vehículo usado fue un Rugby modelo 1927, al que le coloque en el techo dos bocinas y un equipo amplificador a batería de 12 voltios. Muchos años después, la comunidad de Suipacha, vecinos, comerciantes, empresarios y autoridades me ayudaron a cambiar el vehículo que estaba muy deteriorado por el transcurso del tiempo y su continuo uso. Este acto me demostró que la gente me tenía en cuenta, que me quería lo cual me produjo una inmensa alegría a mí y a mi familia.

11-¿Cómo asimiló el avance tecnológico de los últimos años en sus tareas de sonido y audio?

Yo abandone antes de que llegaran todas estas innovaciones, el gran cambio, porque cuando me agarró yo ya andaba cerca de los ochenta años de edad, veía que se me ponía difícil manejar los bafles por sus tamaños, vos sabes que yo colocaba de diez a doce bocinas para los desfiles del pueblo y fiestas camperas, en la feria rural brinde mis servicios por treinta y ocho años seguidos, siempre estuvieron conformes con mi desempeño, había que utilizar la escalera, subir y bajar, y por mi problema físico se ponía cada vez más difícil.

El momento en  que me decidí hacerlo, es cuando me doy cuenta, que antes cuando actuaban las orquestas grandes o conjuntos de folklore con renombre como en el caso de Los Chalchaleros, ellos podían actuar con dos micrófonos, ni los artistas ni el público exigía más. Hoy, en cambio una orquesta  moderna, necesitaba una batería con cuatro a seis micrófonos, se comenzó a enchufar las guitarras, que ya se hicieron electrónicas, bueno, a pesar de todo compre un equipo, pero cada vez tenía que invertir más, las innovaciones venían muy rápido, me enfrentaba con conocimientos y una técnica distinta a la que había aprendido, así que lo pensé bien y allá por el año 2007 abandone esto que tanto me gustaba y que fue parte de mi sustento.

12-¿Cómo fue su actividad en radio en sus comienzos?

En la década del cincuenta, comencé a participar en las transmisiones de las carreras de turismo de la zona, especialmente de  las “500 Millas Mercedinas”, recuerdo que el palco de locución estaba levantado en la explanada del ex Rosedal de Domingo Cirigliano, hoy corralón de materiales de José M. Apezteguía, sobre Ruta Nacional 5 camino a Chivilcoy y cruce con el camino real que lleva a J. Almeyra en el Partido de Navarro., para ubicar a nuestros lectores, paralelo al quincho de La Casita. Precisamente en ese lugar levantaba mi puesto de transmisión, colocaba los aparatos del sonido y venía un famoso locutor de turismo, el señor  Arias de Mercedes, que relataba el paso de los coches y se conectaba con  el avión que seguía la carrera.

Mi función consistía en transmitir al Centro de Cómputos de Mercedes, a qué hora habían pasado los corredores ante nosotros, para determinar los tiempos empleados por cada uno de ellos. La transferencia de los datos al Centro de Mercedes se hacía por teléfono, para ello unos días antes había que solicitar a la Unión Telefónica permiso para hacer uso de una línea. La otra cuestión, era que el teléfono más cercano a mi puesto estaba casi a doscientos metros, desde El Rosedal, que fue un restaurante, despensa y despacho de bebidas, tendíamos una línea de cables al ras del suelo al aparato que  utilizábamos para retransmitir los datos acumulados de cada corredor. Además, llevábamos el control del tiempo empleado por cada corredor al pasar por Suipacha. A veces pienso ¿Qué increíble? Fue todo eso.

Todo era a pulmón y a fuerza de entusiasmo, por supuesto que faltaban los adelantos tecnológicos que se emplean hoy, ante ellos me quedo admirado, con solo apretar botones pones en funcionamiento lo que deseas, nosotros debíamos hacer antes varias pruebas, para estar seguros que todo saldría bien. Pensar que en aquella época había solo 100 aparatos de teléfonos de vieja tecnología, para hablar a Buenos Aires, había que concurrir a la oficina de la Unión Telefónica y pedir turno, a veces se tardaba de uno tres horas para comunicarnos, siempre y cuando las líneas no estuvieran sobre cargadas de pedidos. Que grande, que adelanto veo hoy en las comunicaciones.

13-¿Cómo fue su relación profesional con sus pares  que ejercieron la misma actividad en ciudades vecinas?

Oír a los operadores me despertaba simpatía por sus transmisiones y la colaboración que prestaban a las autoridades en casos de emergencia, su dedicación era encomiable. En algunos casos, sin conocernos previamente  nacía una relación  personal, había predisposición para intercambiar conocimientos y ayudarnos en lo que necesitáramos.

14-¿Usted ha participado en  transmisiones  de eventos deportivos, sociales y políticos?

Si, cuando el matrimonio Perón paso por Suipacha, el tren se detuvo unos minutos, en esa oportunidad vi al general sentado del lado de la ventanilla, saludando con una mano a los presentes, que se habían conglomerado para recibirlo. En ese momento solo asistí como ciudadano. En el año 1959, durante la intendencia de Baroni, llegó a Suipacha el gobernador Oscar Alende a inaugurar el matadero, oportunidad  en que preste mis servicios. También le hice audio a Raúl Alfonsín, cuando visito el comité  de la UCR en 1982. En 1973 amplifique sonidos cuando nos visitó el presidente del Banco Provincia Francisco Acevedo.

Durante el gobierno militar del 76, atendí en la plaza el audio para el Gobernador de la provincia, en ese entonces era el general Imaz. Este general habló en la plaza, las instalaciones eléctricas no estaban conectadas al alumbrado Público, sin darme cuenta enchufe mal en una toma corriente y deje sin luz la plaza, pobre Insúa que era  ordenanza de turno, como lo retaron.

15-En su trayectoria como radio aficionado, ¿de qué modo se largaba al aire un S.O.S?

En aquel entonces tenía de socio a Juan Carlos Blaiotta, el centro de la red estaba en Buenos Aires, y ahí te comunicabas si tenías algún problema, se los comentaba y desde ese centro se preocupaban  de dar respuesta al pedido, su funcionamiento era parecido a internet.

Se utilizaba más la noche para operar en la red, porque había mejor propagación de las ondas sonoras, durante el día eran interferidas por los rayos del sol. Lo más lejos que llegué fue hablar con Uruguay. Acumulé más de cuarenta años como radio-aficionado, a través de  la red  me informaba de lo que estaba ocurriendo en zonas de inundaciones, sequías o catástrofes naturales.

El S.O.S cuya sigla es “CQD”, es la señal más conocida en el mundo, que puede ser radiada fácilmente, son pedidos de ayuda, cuando una persona necesita un remedio de urgencia, o está en peligro su vida o bienes de la comunidad, recurre a ella.

El pedido de ayuda que lance al aire, fue para la familia de Alfredo Augusto Cirigliano, recuerdo que se había producido el fallecimiento de su cuñado, señor Carlos A. Irastorza el 11 de mayo de 1968, a través de la onda de radio-fusión de la que era titular hice llegar la noticia la esposa de Cirigliano y a una hermana del extinto, la noticia del fallecimiento. Tengo una nota de agradecimiento de la red del servicio solidario por una ayuda que presté a familia Cirigliano y también un reconocimiento de ésta última valorando mi esfuerzo.

16- ¿Qué tipo de banda te habían asignado?

La banda que a mí me asignaron era de 80 metros. Existía una de 40 metros con la cual te podías comunicarte con zonas lejanas. Además, teníamos dos licencias para operar con el mismo equipo, una era L.U.3 EBF operada por mí y la otra, L.U. 4 EBF operada por Juan Carlos Blaiotta con sede en  Sarmiento Nº 278 de esta ciudad.

17- Para recibir los mensajes, ¿Qué era más importante, el equipo transmisor o el receptor radial?

Existían receptores especiales que tenían todas las bandas que utilizaban los radioaficionados, si vos sabía que el operador estaba transmitiendo en frecuencia de 50, 60 o 150 kilojers, los ponía en ese nivel y sintonizaba al rato al operador que estaba transmitiendo. Es parecido al uso de señal en  megahercios.

18-Recuerda jornadas de transmisiones radiales, que duraron 24 horas en beneficio de instituciones benéficas.

Sí como no, la que organizaron los Bomberos Voluntarios en el Club Colegiales, que se transmitió durante 24 horas, para recaudar fondos. Otra más antigua, fue en el Club Sarmiento para un festival de Patín, en el que  la pareja Sankochia,   buscaba batir el record de permanencia sin parar.

19-¿En qué eventos o espectáculos públicos, ha participado como sonidista?

Un evento, que no se ha vuelto a repetir fueron los corsos organizados por el Club de Leones en la diagonal H. Irigoyen, del cual no me han quedado fotos, antes nosotros en eso éramos cortos, hoy se saca fotos para todo. Intente conseguir fotografías, consulte con algún de los miembros del club, pero el resultado fue negativo. Creo que he participado en casi todas las fiestas escolares de fin de año, en bailes, festivales de las escuelas secundarias, eventos benéficos y religiosos, enumerarlos sería muy largo.

20-Se anima hacer una breve descripción de las fiestas patronales organizadas por el padre Luis Brady.

Siempre colabore con el padre en la organización de las procesiones  y tedeums que se organizaban para las fiestas de la virgen del Rosario, nuestra patrona. Nunca le cobre un peso, puse mi esfuerzo personal a su servicio, para que todo saliera bien. Fue un sacerdote muy organizado, designaba a José Belluscci para preparar el paseo de la virgen por las calles del pueblo, a Carmelita para preparar a la Hijas de  María, a los niños y niñas de la parroquia y  a las mujeres de la acción católica para llevar una bandera argentina muy larga. Era muy celoso con sus invitaciones, el Intendente y Comisario no debían faltar y como otras figuras representativas de la comunidad. Para las procesiones se aprovechaba el mismo recorrido en que estaban ubicadas  las bocinas de la publicidad Sarmiento, para brindar el sonido, monjas y laicos desde un automóvil, hacían oír cánticos, leían plegarias, rezaban las oraciones  y guiaban la procesión. Al terminar, regresábamos al templo para escuchar misa y si el acto era muy solemne, llamaba al obispo para que ofreciera en el atrio de la Iglesia un tedeum y diera el sermón referido a la fecha de la celebración.

Quiero contarte que el padre, siempre iba  al hospital y a la  clínica a visitar a los enfermos, a mí me visitó en Chivilvoy cuando me operaron, me dio una alegría inmensa verlo.

21- Con motivo de la celebración del Centenario de Suipacha, usted con otros guitarristas locales, interpretaron la marcha de “Los Árboles”, en el cine Teatro Español. ¿Es así?

En el año 1964, tuvimos una presentación exitosa en la fiesta de los cien años de la creación del Partido de Suipacha, en donde una trecientas personas se reunieron en la sala del cine español para disfrutar la ejecución de la Marcha de los Árboles interpretada por Arnoldo Cappucci, José Parlapiano (El Gordo), Juan Carlos Cardoso (Machete) y yo.  Una cosa que me faltó, fue la grabación y la foto de esa noche.

22- ¿A qué grandes cantantes, pianistas y músicos  de Suipacha has conocido?

Estando ya en Suipacha, conocí a un virtuoso del piano, estoy hablando del recordado Paco Espina, eximio ejecutante. Trabe una amistad muy afectiva e ingrese a su orquesta, a veces salíamos de gira por pueblos vecinos.

Llegué a participar con él en las kermeses que se organizaban en el corralón municipal, en ese tiempo conocí dos pistas, había una de con mejorado y la otra simplemente de tierra regada previo al baile, en el medio de las dos  se levantaba el escenario, en donde actuarían las orquestas.

Mi primer trabajo fue como trompetista, no tenía medios para pagar un profesor para perfeccionarme y lamentablemente, tiempo después  se enfermó Paco Espina y debí abandonar la orquesta. Después toqué con Pocho Vergagni, un hombre de gran talento para el acordeón a piano, había armado una orquesta característica. Lo acompañe mucho tiempo, me acuerdo en los bailes organizados en la Sociedad Italiana, ahí se organizaban  matinées.

Ah, me olvidaba, Oscar Silva fue  un gran  cantor que llegó actuar en radios de la Capital Federal  y solistas como Haydee Porras y Cuqué Clérice, todos acompañados en la locución de Juan Carlos Ayes. En ese período fue muy valorada la presencia del cuentista y recitador Valerio Caravallo, la solvencia en el piano de Rosita Espina, don Benito Camerano y Francisco (Pancho) Bonadeo siempre prestos para actuar con su bandoneones, Oscar Hughenin y su armónica,  la guitarra criolla de Romero y la revelación del jovencito Juan Aldabe ejecutando la acordeón a piano.

23- ¿Cuéntenos su trayectoria musical desde que vino a Suipacha?

A los catorce años estudie teoría y solfeo. A los dieciséis años integre una banda musical en Ameghino, que tocaba los domingos en la plaza. Ingresé tocando el tambor, con el estudio constante llegue a ser la segunda trompeta de la misma, pero en 1942 trasladan a mi padre  y vine a Suipacha, con el tiempo me relacione con Paco Espina y forme parte de  su orquesta.

Cuando me desvincule de Paco Espina, pobre este hombre tuvo un serio problema de salud,  los del Municipio de Chivilcoy se enteraron que quería vender mi trompeta, acordamos el precio y me desprendí de ella con mucha tristeza.

Yo era un loco por la música, cada vez me gustaba más,  estudie guitarra y llegue a tocarla, no digo bien pero me defendía, hicimos un conjunto folklórico que  llamamos “Los Andinos” que dirigía Osvaldo Petrone, un muchacho que tocaba el arpa india y era la primera guitarra teníamos a Arnoldo Cappucci, la segunda guitarra estaba a cargo de José “Tito” Parlapiano y la tercera en Juan Carlos Cardoso, que lo apodaban “Machete” y en el acompañamiento los jóvenes Eduardo Carretto, Olindo Ochoa y quien está contando esta historia.

Y, bueno, tuvimos mucho tiempo tocando juntos, íbamos a reuniones sociales, a  bailes en casas de familias, festivales, por ahí tengo una foto que nos sacamos en el Cine Teatro Español; eran  solistas Haydee Porras y Oscar Silva. Colaborábamos con las cooperadoras escolares, cobrábamos un pequeño arancel para cubrir los gastos de nuestras actuaciones.

Cuando actuaban las orquestas características y típicas en una misma noche, tocaba primero la característica y luego la de tango, las que fueron en mi época un verdadero furor. Un rasgo distintivo de estos bailes, era que para sacar a bailar una chica existía un ritual, primero debíamos establecer contacto visual con la mujer elegida, con un movimiento o una inclinación sutil con la cabeza el caballero la invitaba, la mujer sí aceptaba contestaba de la misma manera, el hombre se acercaba a la mesa y juntos se dirigían a la pista. Por lo general los solteros y solteras se sentaban en mesas separadas.

24- Tengo conocimiento que es muy larga la lista de servicios de sonidos que prestaste en Suipacha, a intérpretes que difundieron música nacional en bailes, peñas, desfiles, confiterías bailables, fiestas patronales y en escuelas. ¿Me podes mencionar los más importantes?

Los voy a ir nombrando sin un orden cronológico, a medida que me acuerdo: Atahualpa Yupanqui, José Larralde, Hernán Figueroa Reyes, Aldo Monjes, Daniel Toro, Alberto Merlo, Argentino Luna, Horacio Guaraní, Eduardo Suraye, Los Bombos Tehuelches, Los Cantores del Amanecer (de Suipacha),  Cacho Tirao, Julia Elena Dávalos (estos dos últimos en confitería bailable), Varela Varelita (en Cine Español), Los Wawanco, Cuarteto Imperial, C. Nelson (Mercedes), Jazz Cumana, Orquesta de Enrique Mora, Mario Arzerboni (de Chivilcoy), Rodolfo Biaggi (en Comercio) Alberto Castillo (Pista de Colegiales), Alfredo D”Angelis, Solistas de Juan D” Arienzo (en Grl. Rivas), La Típica Mora, Héctor Varela (En Gorostiaga), Eduardo Rivero (En Diagonal H. Irigoyen) Julio Sosa, María Graña, Jorge Valdez,  Paulo Hernández (de Luján) y otros que no me acuerdo.

Quiero señalar, que Biaggi trajo un pianista, 3 bandoneonistas, tres violinistas, 2 cantores, 1 contrabajista y utileros, era una orquesta monstruo. Algunas de estas orquestas  venían desde Buenos Aires, tomaban el tren que salía de Once 18.15 y arribaban a la estación aproximadamente a las 20,30 horas, en la estación los esperaban para trasladarlos hasta el club en donde actuaban.

Completando el variado repertorio de artistas que atendí, tanto en folklore y música característica, debo agregar el sonido realizado a  Los Chalchaleros (Frente al Municipio), Los Quilla Huasi, Los de Salta, Los de Córdoba, Los Visconti, Los Nova Flores, Las Voces de Orán (en Bomberos Voluntarios), Antonio Tormo (Municipio), Jaime Torres, Los Manseros Santiagueños, Rimoldi Fraga (J.J. Almeyra), Los de Suquía, Ramona Galarza (en Confitería), Rodolfo Zapata, Coco Díaz, Luis Landriscina (en Parque de Juegos infantiles que visitaba Suipacha)

25- Es cierto, que cuando actuaban Rosita o Paco Espina, trasladaban sus pianos con la carretilla del ferrocarril al lugar de la función.

Sí, al de Rosita lo trasladaban hacia la Sociedad Italiana. En esa época estas  instituciones no tenían su piano, para ello lo trasladaban de los domicilios de los pianistas, en la carretilla de encomiendas que utilizaba el ferrocarril.

26- ¿Recuerda algún hecho curioso?

Como anécdota te puedo contar, que para festejar acostumbrábamos a salir a dar serenatas en las noches de Navidad y Año Nuevo, con una variedad de canciones  preparadas, para cantarlas al pie de las ventanas de familias y amigos  conocidas. Muchas veces salí con Paco, Tito, Noldo, Machete, Olindo, Ventura Uncal  y otros amigos.

27- ¿Tuviste el privilegio de abrir la transmisión de la radio pública de Suipacha?

Sí, ese día estas fueron mis palabradas pronunciadas, porque la Intendencia me había invitado en carácter de pionero de la radio-fusión de Suipacha, para mí fue un gran privilegio. Al dejar inaugurada la radio Pública de Suipacha FM 87,9 Mz dije: “A partir de este momento, transmite para toda la comunidad de Suipacha en el 87,9 Mz del dial, radio Pública Suipacha. Con vos en todas partes”. En esa oportunidad, estuvo presente el director de radio provincia el que me abrazo efusivamente.

27-¿Qué tiene escrito en tu lista de deseos?

No sé… No lo he pensado todavía.

Para terminar, muchísima gracias, por haberme facilitado esta entrevista tan interesante.

Categorías: Historias.