En Suipacha hay muchas cosas que son testimonios de una época que no podemos olvidar. Aquellos vecinos que a principios del siglo XX conocieron el barrio “La Costra Brava” como un gran campo, no se imaginaron que pudiera construirse al oeste de las vías un edificio como el del La Vascongada o ver surgir en las inmediaciones del descampado el majestuoso edificio de la Escuela Nº 1 y la usina eléctrica, mientras que un collar de viviendas se levantaban alrededor de la plazoleta de la estación transformando el paisaje para los visitantes que bajaban del tren. Recorriendo su historia, podemos
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